El desafío de escribir 750 palabras al día parece fácil, pero ya les digo yo que no lo es, al menos para mí. Lo he intentado muchas veces, pero sin éxito continuado. Creo que son diversos los motivos que alimentan mi frustración. Mencionaré aquellos que tengo identificados y que sistemáticamente obstaculizan mi deseo de alcanzar un hábito de escritura constante.

¿Qué hay detrás de mi tendencia a procrastinar?

Reconozco que soy hábil para aplazar el momento de ponerme a escribir. Unas veces, auto saboteando mi autoestima en forma de pensamientos negativos y miedos del tipo: ¿A quién va a interesar lo que escribo? ¿Realmente puedo añadir algo nuevo? ¿No está ya todo dicho?… Y otras veces, simplemente, aceptando que no soy capaz de escribir de la manera perfecta que yo imagino, donde no hay concesiones para posibles errores o imperfecciones. Resumiendo, mi inseguridad y miedo al error me mantienen paralizada, procrastinando día tras día y sin concederle una oportunidad al progreso gradual y a la experimentación.

¿Por qué no estoy siendo capaz de mantener una rutina diaria de escritura?

Aparentemente tendría que ser fácil, dado que establecer un horario fijo y un lugar determinado para escribir, es algo perfectamente viable en mi dinámica diaria actual, no obstante, parece que no termino de encontrar la mejor hora ni el lugar ideal para ponerme a escribir y pasan demasiados días en blanco. Las veces que he conseguido cierta constancia en la escritura, ha sido cuando me he sentido comprometida firmemente con algún proyecto que me tiene atrapada emocionalmente, además, si tiene fecha de entrega inminente, mucho mejor. Diría que es ese tipo de proyectos te hacen fluir, te enganchan y te sientes productivo casi sin esfuerzo.

Relevancia de las lecciones aprendidas

Fracasar no deja de ser una de las opciones posibles. Además, cuando se produce duele bastante. A pesar de todo quiero seguir intentando recuperar esa rutina de escritura, una actividad que en ocasiones me aportó experiencias de aprendizaje valiosas. En consecuencia, como el hábito de escribir y mantener este blog es valioso para mí, mi deseo es recuperarlo y mantenerlo. Pondré en práctica algunas rutinas como éstas:

  • Establecer un itinerario de escritura para el día siguiente, cuando me levante al día siguiente sabré perfectamente dónde debo retomar el hilo y habré dejado preparados los utensilios en el lugar de escritura.
  • Concederme gratificaciones por mis logros, incluso los resultados sean pequeños, sobre todo al principio.
  • Seguir intentándolo aunque a veces salga mal y haya establecido objetivos más alcanzables. Creo que será una buena vía para romper esta parálisis creativa, explorar nuevos caminos, estar dispuesta a volver a empezar y bajar expectativas ¿Y si 750 palabras al día son demasiadas?
  • Para eliminar la presión de la calidad escribiré sin parar varios minutos al día. Escritura libre y preferentemente a mano, sin cortar el flujo del pensamiento, escribir, escribir…centrándome en la cantidad y no en la calidad.
  • Disfrutar escribiendo sin pensar tanto en los demás. Escribir me gusta y me hace sentir bien, así que ya está, me divertiré escribiendo para mí y si a alguien puede servirle, genial, pero el deleite personal irá en primer lugar.
  • La autoevaluación será necesaria y saludable, pero sin severidad para no estrangular el fluyo de la escritura diario, tan anhelado por mí.

Vaya desde aquí mi compromiso para empezar con el plan de trabajo descrito. Confío en que podré mejorar mi perseverancia en la escritura y publicación en el blog Aprender y Compartir y La naturaleza enamora mi cámara. Si alguien tiene alguna sugerencia o ayuda, estaré encantada de recibirla. Muchas gracias.

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